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De príncipes y reyes

Blaine es un rey que llega al reinado de Burt, pero no espera encontrarse a un principe como Kurt. tardé porque mi beta me abandonó. NC-17


E - Words: 1,381 - Last Updated: Jun 11, 2012
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Categories: AU, Romance,


Título: De príncipes y reyes.

Personajes: Kurt Hummel – Blaine Anderson – Burt Hummel – Carole Hudson.

Parejas: Klaine (Kurt Hummel/Blaine Anderson)

Canción: No me puedo sacar de la cabeza la canción Touch a Touch a Touch Me, de The Rocky Horror Show, que cantan en Glee.

Extensión: 1.312 palabras

Beta: Ibrahil Prang.

Notas: Esta historia la pensé cuando vi "Los Tres Mosqueteros" en el cine, está basada en ese momento histórico.

Rating: NC-17

Advertencias: Slash.

No escribo con spoilers, por lo que espero no recibirlos.


De Principes y Reyes.

Kurt & Blaine

Después de muchos años de la muerte de mi padre y de haber asumido el reinado de mi pueblo, por primera vez viajaba fuera de él.

El rey, al que estaba visitando para hacer una alianza, se llamaba Burt Hummel, y era mucho mayor que yo, dado que había asumido el reinado hace largo tiempo. Su esposa, la reina, se llamaba Carole.

Su hijo, el príncipe, se llamaba Kurt. Tenia un par de años menos que yo, pero, eso no impidió que congeniáramos rápidamente. Kurt era muy curioso y respetuoso.

La actitud que tenía ante las cosas era muy positiva, era una de las cosas que me gustaba de él.

Era extraño, a él tampoco le gustaba que su séquito lo siguiera, siempre terminábamos exigiendo que nos dejaran a solas.

Los ojos de Kurt eran trasparentes y del mismo color del mar; y lo mas importante, mostraban lo que él sentía. Siempre mostraba real entusiasmo en saber todo lo que yo había vivido.

Estábamos caminando por los pasillos llenos de árboles, cuando Kurt preguntó: - ¿Por qué no has traído a tu esposa?-

Yo no pude evitar mirar al piso cuando respondí.- No tengo esposa. – nos quedamos un rato en silencio, pero sin detener la caminata, hasta que proseguí. – He estado… con muchas mujeres, pero simplemente no siento lo que espero sentir.-

- Lo entiendo, a mi me pasa lo mismo. - dijo Kurt, con un aire de nostalgia.

Levanté la vista y vi como miraba al cielo, cerrando un poco los ojos por el sol que filtraba entre las hojas. Nunca le había contado eso a nadie, no sé por qué lo hice, pero la tranquilidad que sentí tras su respuesta demostró que no me había equivocado en haberlo dicho.


Entré de imprevisto a la habitación de Kurt.

Él estaba terminando de cambiarse.

El impulso de mi entrada, más que la puerta estaba muy cerca de Kurt, hizo que mi cuerpo terminara a menos de medio metro del suyo. Mi silencio hizo que Kurt no se percatara de mi presencia hasta que se dio vuelta. Sus ojos se abrieron de par en par cuando me vio tan cerca, como suponía que estaban los míos.

Ahora que lo veía más de cerca, Kurt tenia un rostro delicado, fino, incluso femenino.

No pude evitar agarrar su rostro entre mis manos, mientras sus ojos denotaban entrega y sorpresa, él sabía lo que yo iba a hacer.

Mis labios rozaron levemente los suyos. Mientras sentía como los dos temblábamos.


No había hablado con Kurt sobre el beso. Me sentía nervioso por saber su reacción, ya que nos habíamos separado segundos después del beso y no había tenido tiempo para siquiera cruzar una palabra.

Ahora estábamos sentados para comer. Kurt se encontraba enfrente de mí mientras que Burt estaba a mi derecha, y Carole a mi izquierda, sentados en los extremos, a un metro de distancia de Kurt y yo.

Levanté la vista del plato, y vi como Kurt miraba concentrado el suyo, evitando mi mirada, pero podía sentir que su concentración estaba completamente puesta en mí.

No pude evitar, después de volver a mirar mi plato, volver a levantar la vista. Me encontré con los ojos de Kurt mirándome disimuladamente y un clic se produjo en mi cabeza. Busqué su mirada devuelta y la conecté con la mía. Entonces tuve la certeza de que el beso le había gustado tanto como a mí.

Mientras comíamos, yo lo atacaba a miradas; me sentía como un cazador, estaba intentando seducirlo con toda mi fuerza. Kurt me respondía con sus ojos sobre mí y con alguna sonrisa que se le escapaba.

Me sentía ansioso, nunca hubiera considerado que no le hubiera molestado que lo besara.

- ¿Y cuando te casarás? – dijo Burt, haciendo que desviara la mirada hacia él, frenando el ataque de miradas que le estaba dirigiendo a Kurt. Volví a mirar por un segundo al príncipe; había parado de comer, su mirada se encontraba clavada en el plato, estaba atento a la conversación y se podía palpar su incomodidad.

- Por ahora no estoy pensando en eso – dije, también incomodo; pero mas atento a la incomodidad de Kurt, que a la mía.

¿No has encontrado a la mujer indicada? – inquirió Burt, aislado de la comunicación silenciosa que sucedía entre Kurt y yo.

- No. – respondí rotundamente, intentando terminar con esa conversación cuanto antes.


-¡Kurt! – exclame, justo cuando él estaba a punto de entrar a su habitación para irse a dormir después de esa maldita cena. Acercándome de forma que sólo un par de centímetros nos separaran. - lo siento, no sabia que tu padre iba a hablar de eso.-

- Yo también lo siento. Siento no poder ser mujer para casarme contigo, para irme contigo. –levantó su mirada y me dejó ver que estaba al borde de las lágrimas.

Agarré su rostro entre mis manos, lo besé y lo miré directo a los ojos.

Me gustas como eres, te quiero como eres; pensaremos en algo, lo prometo. – un clic se produjo al ver que esto no lo mejoraba. – Quiero demostrarte cuanto te quiero. – yo estaba nervioso, nunca había hecho esto con un hombre, pero las palabras salieron en un susurro con un gran significado detrás de ellas. Pude ver en los ojos de Kurt que lo había entendido, pero también había intriga en ellos.

Entramos a su habitación y empezamos a quitarnos la ropa.

Los dos estábamos titubeantes mientras lo hacíamos, hasta que al fin quedamos completamente desnudos. Nos miramos a los ojos, sin tener ninguno la certeza de cómo hacerlo.

Me obligué a acercarme a él y besarlo, arrastrándolo hacia la cama con cuidado. Nos acomodamos sobre esta de manera suave, sin separar nuestros labios.

Cuando estuve sobre su cuerpo, sobre su piel blanca, experimente una excitación que no había sentido en ningún momento de mi vida, y fue inevitable que se hiciera visible.

Empecé a besar sus labios, pero después mi cuerpo me pedía más, así que seguí con su cuello y por ultimo por su pecho, mientras él respiraba agitadamente.

- ¿Cómo… lo haremos? – preguntó tímidamente.

Mis manos seguían recorriendo su cuerpo cuando respondí contra su piel.

Intento averiguarlo. -

Largué un gemido ante lo que se me había ocurrido. Llevé mis manos hacia su trasero y rocé su entrada. Introduje un dedo en su interior; se sentía tan caliente que sentí placer. Lo miré a los ojos; Kurt tenía una expresión hermosa de descubrimiento. Casi por instinto, introduje un segundo dedo, lo que hizo que Kurt se removiera un poco por la incomodidad. Sabia que si lograba introducir un tercer dedo iba a poder entrar en él de la forma que yo quería. Con un poco de esfuerzo, lo logré; Kurt gimió de dolor y curvó su espalda. Saqué mis dedos de su interior lo mas rápido que pude, pensando en no seguir; pero Kurt me agarró del brazo y me dijo con su mirada, agitado como estaba, que siguiera.

Agarré suavemente su cadera e introduje mi erección dentro de él. Kurt gritó y un par de lágrimas cayeron por su rostro, pero a pesar de esto sabia que quería que continuara.

El interior de Kurt se sentía más caliente de lo que había supuesto, y endemoniadamente apretado. Sentía que en cualquier momento colapsaría.

Acaricié suavemente su rostro y empecé a embestirlo mientras los dos temblábamos. Él cambió sus gritos de dolor por gemidos de placer, mientras esto hacia que mi placer fuera realmente mayor al que una vez me imaginé sentir.

Cuando Kurt llegó, de una forma tan asombrosa que me dejó sin palabras, fue inevitable que yo lo siguiera.


Kurt estaba intentando acomodarme el pelo después de lo que habíamos hecho en esta habitación, en esta misma cama, hace sólo unos minutos atrás; pero sus ojos mostraban un dejo de tristeza, y yo sabia por qué era.

- Kurt, le diré a tu padre que tú te quedarás en mi reino como comprobante de nuestra alianza, él pensará que tú podrás vigilar todo y, por lo tanto, que él lo hará también. Tú te quedarás conmigo. No puedo irme sin ti, me quedaría a vivir aquí si tú te quedas aquí-


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