June 11, 2012, 10:17 a.m.
Adaptarme a ti
Kurt es un actor famoso, Blaine un principiante un poco ingenuo. tardé porque mi beta me abandonó. NC-17
E - Words: 3,166 - Last Updated: Jun 11, 2012 173 0 0 0 Categories: AU, Romance, Characters: Blaine Anderson, Kurt Hummel,
Adaptarme a ti
Kurt & Blaine
Tenía que dar una audición para una obra, pero lo que menos me imaginé era que Kurt Hummel formaba parte del elenco, y que me iba a ver mientras audicionaba.
Kurt era un gran actor, muy reconocido y famoso, pero nada mediático. Era ese tipo de personas que se toman su trabajo en serio y que no le gustan salir en programas que no fueran de ficción.
Ahora, él estaba sentado en una de esas reposeras, con el tobillo derecho sobre el muslo izquierdo y con un montón de papeles apoyados sobre las piernas; fumando. Su mirada iba de los papeles que hojeaba con las manos hacia la mía, era como la de un cazador que había visto a su presa, y una sonrisa escapándose de sus labios; coqueteándome.
Coqueteando conmigo.
El calor estaba subiendo por mi cuerpo de manera alarmante. Apenas podía tragar por la atracción que sentía en aquel momento. Esperaba que no empezara a notarse en mis pantalones. Me obligué a dejar de devolverle las miradas, pero no surgió mucho efecto.
La chica que se encontraba a su lado susurró un leve.
— ¿Es gay?- seguramente ninguna de las personas que allí estaban lo había escuchado, pero yo tenia un oído muy agudo. Kurt asintió, hojeando los papeles; pero la tensión sexual entre nosotros no disminuyó.
El casting terminó y la gente se iba. Sólo quedaban un par de personas de utilería, que estaban desarmando lo poco que se preparó para el casting; Kurt, que ni se había movido de su silla, y yo, que esperaba que me trajeran un par de papeles para firmar.
Mis ojos no se separaban de él, que rara vez me miraba, pero cuando lo hacia, seguía teniendo esa mirada intensa.
De repente, Kurt se levanto y caminó firmemente hacia la puerta de lo que parecía ser una despensa, y en el camino, me lanzó una mirada intensa. Sentía que si no lo seguía me iba a morir. Caminé hacia la puerta, la abrí y entré.
Era un lugar chico, así que me encontré cara a cara con Kurt, estaba iluminado por una lámpara amarilla que no alumbraba demasiado. Ante la cercanía de Kurt, mi cuerpo respondió al instante, o mejor dicho, una parte de mi cuerpo lo hizo.
Kurt agarró mi rostro y me besó con intensidad. Su boca tenía un leve sabor a cigarrillo, pero sin contar eso, era excelente.
Al mismo tiempo que me besaba, sus manos bajaron mi pantalón y mi boxer. Nuestros labios se separaron y puso un preservativo sobre la palma de mi mano. Se dio vuelta, se bajó el pantalón y el boxer, y se apoyó en la pared.
Abrí rápidamente el preservativo con los dientes, desesperado, me lo puse y entré en él.
Empecé a embestirlo, soltando gemidos incoherentes y escuchando los suyos, que eran como un susurro.
No podía manejar la velocidad y esta fue aumentando cada vez más. Hasta que al fin, con un gruñido gutural, llegué. El cuerpo de Kurt se convulsionó en ese mismo momento.
Estuvimos un minuto hasta que logramos separarnos y cinco mas tomando aliento.
Kurt abrió la puerta después de que los dos estuviésemos cambiados y salió; deteniéndose para prender un cigarrillo, fumar una pitada y largar el humo; antes de seguir caminando, con indiferencia y seguridad.
Había ganado el papel, pero no sabia si lo había hecho porque era un buen actor o por lo que había pasado con Kurt.
La realidad es que con Kurt la situación era muy diferente ahora. Si antes había mostrado indiferencia, ahora ya no sabia clasificar como me trataba. Para él era sólo su compañero de set, hablábamos sobre la ficción, nos llevábamos bien, pero era sólo uno más. Debo admitir que esperaba que el sexo siguiera, pero después del día de la audición no había pasado nada. Y cuando digo nada, es nada.
Había un chico nuevo, era el asistente de dirección, y Kurt lo ayudaba, demasiado.
Yo estaba celoso, no lo iba a negar. Demasiado celoso. Me dolía que al chico nuevo le prestara atención y a mi no. Estaba resentido.
Caminé hacia ellos con paso tranquilo, pero la verdad era que quería hacer acto de presencia, quería que ambos se dieran cuenta de mi existencia.
Kurt terminó de darle un par de papeles al chico y éste se fue.
Llegué hasta Kurt, que se encontraba de espaldas a mi, y le dije con voz natural.
—¿te lo vas a coger a él también?
No sé cuando se volteó y me pegó una cachetada, lo único que sentí fue el dolor. Sus ojos normalmente eran fríos y tranquilos; pero ahora eran un témpano de odio. En su mirada se reflejaba la repulsión hacia mí y lo ofendido que estaba; no esperaba eso de mí.
Se fue con paso firme y rápido hacia el patio, con sus manos formando dos puños que golpeaban el aire cuando se hamacaban alrededor de su cuerpo.
Tardé un par de minutos en reaccionar y seguirlo. Salí y me encontré con la casa rodante que él usaba como camerino.
Esa era una de las cosas que jamás entendería de Kurt, a pesar de tan sólo tener un año más que él. ¿Qué chico de 26 años prefiere una casa rodante como en las viejas épocas antes que un camerino común y corriente?
Golpeé su puerta. Y la volví a golpear. Una y otra vez.
Kurt abrió la puerta de un tirón al décimo golpe, con una mano en la puerta y la otra en el marco, en la que tenia un cigarrillo; impulsándose un poco sosteniéndose de ellas. Sus ojos eran más tranquilos ahora, pero era desprecio lo que mostraban.
–No tengo ganas de hablar contigo, Blaine - el desprecio también estaba en su voz - ya sé de donde viene esto. Sí, te tenía ganas, y me las saqué.
Se impulsó hacia el interior y cerró la puerta de un portazo.
Me quedé ahí, mirando la puerta con los ojos abiertos de par en par, híperventilando entrecortadamente.
Volví a golpear la puerta con fuerza, sin razonar demasiado lo que hacia.
Si Blaine seguía golpeando la puerta, iba a reaccionar. Y esta vez enserio. Los golpes en la puerta me estaban volviendo loco.
Apagué el cigarrillo al séptimo golpe. Y hubo un octavo y un noveno.
Me dirigí hacia la puerta. Podía sentir la frialdad en mis ojos.
–Se lo está buscando - susurré con los dientes apretados. Décimo. Onceavo. – Se lo buscó - Sentencié.
Abrí la puerta de un tirón. Agarré a Blaine y lo tiré hacia el interior. Lo empujé contra la cama roja de dos plazas y cuando estuvo tendido sobre ella, empecé a sacar su pantalón junto con su boxer de manera brusca. También me deshice de sus zapatillas.
Él estaba asustado, sumiso e inmóvil.
Me bajé el pantalón y el boxer un poco más de lo necesario, y me puse el preservativo.
Entré en él sin piedad y Blaine se aferró con fuerza a las sábanas. Ni un gemido salió de sus labios, aún estaba en shock. Su mirada no se separaba de mis ojos.
Lo embestí con toda mi fuerza, tanta que suponía que estaba sangrando. Su cuerpo se sentía tan caliente que se hacia imposible no aumentar la velocidad. Mis gemidos eran guturales cuando me acerqué al orgasmo.
Cuando Blaine llegó, aprisionó con más fuerza las sábanas rojas y abrió la boca, largando un gemido en completo silencio. No pude evitar llegar en ese preciso momento.
Estábamos descansando hacia 15 minutos, me había acostado a su izquierda y estaba fumando mi segundo cigarrillo.
Blaine no había pronunciado ni una palabra desde que había entrado, ni siquiera se había movido del lugar en el que lo había tirado en la cama.
Se sentía bien el silencio acompañado por este Blaine, sumiso y tranquilo; mas sabiendo que yo lo había modificado.
La voz de Rachel se escuchó desde afuera.
- ¡No me importa que hayan estado haciendo ahí adentro, pero Blaine tiene que filmar! - y también se escucharon sus pasos cuando se iba.
Blaine se levantó y se cambió; tranquilamente y en silencio.
Después salió por la puerta, dócil y sin pronunciar ni una palabra. No pude evitar sonreír traviesamente, mientras el humo del cigarrillo salía por mis labios.
Había pasado una semana desde la "discusión" con Blaine y solamente nos habíamos cruzado un par de veces, ya que por este tramo de la ficción no teníamos ninguna escena juntos.
Yo había grabado a la mañana y en cuanto había terminado, me había refugiado en mi casa rodante. Después de comer, salí a fumar y me senté en la reposera que siempre estaba instalada a la salida del tráiler.
Allí fumé unas cuantas pitadas del cigarrillo.
Blaine apareció seguido del chico por el cual me había reclamado. Estaba seguro de que habían salido afuera para no interrumpir la grabación; ya que estaban haciendo algunos arreglos en el personaje de Blaine.
Moví el cuello, mientras mis ojos se oscurecían por el deseo.
Una parte de mi ser rasguñó mi pecho desde el interior con un ronroneo.
- Mío - Blaine era mi presa. Sólo mía.
Pero la actitud de Blaine no mejoraba la situación, desde que lo había cogido hasta el cansancio, se había vuelto mas tímido y sumiso. Eso me enloquecía y me excitaba.
"Él necesitaba sexo" pensé, pero sacudí la cabeza. Detestaba ese tipo de comentarios en las demás personas; no sabia cómo se me había filtrado.
Había algo en él que se me hacia muy atractivo. Blaine era… interesante. Tenia que conquistarlo.
Me levanté del asiento, apagué el cigarrillo y me dirigí hasta donde se encontraba él, apoyándome en una pared cercana.
- Hola - susurré con voz dulce. Yo sabia que la sutileza no era mi fuerte, pero intentaría ser sutil con Blaine. Sus ojos se clavaron en los míos con atención. - ¿quieres salir a charlar un rato y a tomar algo después de trabajar? Tengo entradas para un VIP.
Él asintió, sin separar sus ojos de los míos. Su actitud cambió en ese instante, era como si devuelta estuviéramos coqueteando; Blaine había entendido la indirecta. Tuve que evitar sonreír.
Estábamos en uno de mis boliches favoritos. Era tranquilo, a pesar de que había mucha gente, inclusive en el VIP. Pero una de las cosas que me encantaba de ese lugar era que la música estaba a un volumen medio, inclusive un poco bajo, lo que te permitía charlar con la persona que tenias en frente sin necesidad de andar gritando. Supongo que tenía más bien el ritmo de un bar; si no fuera por la decoración, en especial por los grandes sillones, y por la gran cantidad de gente.
Era un lugar para pasar desapercibido.
Yo estaba sentado en posición indio sobre el sillón rojo que siempre pedía en aquel lugar, fumando, creo que el sexto cigarrillo de la noche. Blaine estaba sentado en frente mío en el mismo sillón, con sus ojos prestándome mucha atención.
Le había contado de mis principios en la actuación, de cómo había llegado a ser quien era hoy. También de cómo había salido del closet, a pesar de que era relativamente obvio que era gay.
Pero su historia en ese sentido era mucho más fuerte que la mía. Le había contado a un amigo lo que estaba sintiendo por un chico y él literalmente lo había golpeado hasta el cansancio, hasta que "se le quitara lo gay". Y su padre no había actuado mejor; lo había echado a las patadas de la casa cuando lo había encontrado besándose con otro.
Yo no tenia la menor idea de cómo él había sobrevivido; me habría suicidado si mi padre me hubiera tratado así.
Ahora estábamos en completo silencio, mirándonos; tan concentrados en el otro que era hipnótico.
Mi cerebro sólo pedía sentir sus labios sobre los míos, con un continuo susurro "bésame… bésame… bésame…".
-¿quieres tomar algo? Voy a buscar una bebida- dijo Blaine, cortando el clima.
"¡Maldición! Que malo soy para las indirectas"
Consideré una cerveza, pero después pensé que tendría que tomar algo fuerte para pasar este mal trago.
-Vodka- dije incomodo por el cambio de clima.
Blaine se levantó lentamente y yo lo miré, esperando con una sonrisa triste a que se vaya a buscar las bebidas.
Cuando estaba a punto de terminar de pararse, a 20 centímetros de mi rostro, cambió de opinión, se lanzó hacia delante, rozando mis labios con los suyos con intensidad. Sólo nuestros labios se tocaron.
Me levanté como si me hubiera pasado un tren por encima, pero con una sonrisa.
No había pasado nada mas que ese beso, pero había sido lo suficiente intenso como para que no se me borrara la sonrisa a pesar de que el dolor de cabeza aumentaba. Sonreí en cuanto terminé de tomar el analgésico. "Al fin Kurt me consideraba".
Se sentía demasiado bien el saber que Kurt me prestaba atención.
Prendí el televisor, mientras tomaba el desayuno y puse un programa de interés general que había a la mañana, bastante desestructurado, algo que me encantaba.
Hasta que…
-…anoche Kurt Hummel estuvo a los besos con su compañero de elenco…- me atraganté con el café. Levanté la vista hacia el televisor con los ojos abiertos de par en par. La pantalla estaba tapada por una foto de nosotros dos, besándonos.
Dejé caer mi rostro sobre la mesa, agarrándome de la nuca con las manos.
"Oh, no, Kurt me matará"
Tuve que hacer un esfuerzo psicológico para ir al set. Cuando bajé de mi auto en el estacionamiento, fui atacado por una masa de periodistas que no me dejaban avanzar. Me las ingenié para ir abriéndome paso por ellos, mientras me atacaban con preguntas.
Yo sólo contesté, irritado.
-No hablaré del tema.
Estaba mirando a Blaine en el televisor, había manejado demasiado bien esta situación. Una sensación extraña me asaltaba, era como sentir que ya debería haberme adaptado a esto. Había habido muchos rumores sobre relaciones mías, pero era la primera vez que un rumor era verdad.
No sabía como responder a eso. No quería negarlo, porque no podía negarlo. Por Blaine, por mí. Me sentía… expuesto.
Blaine se sentó a mi lado en un momento de descanso de la filmación.
- Perdóname - dijo - debería haberte preguntado si querías que diera alguna respuesta.
- Quien debe disculparse soy yo - respondí mirándolo a los ojos, tímido. No me gustaba pedir disculpas, pero sentía que era necesario, para mí y para él. - debí suponer que habría algún fotógrafo.
-Vamos, Kurt, sé valiente - me dije a mi mismo, sentado en el sillón de mi casa, con el celular en la mano abierto en "nuevo mensaje".
Empecé a teclear el teléfono, intentando sacar alguna frase coherente. Al final me quedé con ésta:
Después que termines la grabación,
¿Te gustaría venir a comer a mi casa?
Agregué el número de Blaine y puse "enviar". Después de lo que pareció una eternidad, el celular vibró al recibir la respuesta. La abrí con ansiedad.
Seria genial, ¿a qué hora?
Había empezado a hiperventilar. No tenía tiempo para calcular, así que respondí casi por instinto.
¿A las 9 está bien?
Al minuto recibí su respuesta.
Excelente
No pude evitar sonreír, relajándome.
Entré en crisis en cuanto caí en la cuenta de que no sabía qué hacer. ¿Delivery o cocinar? No, decidí instantáneamente cocinar. Si quería realmente impresionarlo debía hacerlo.
Carne no, quizás era vegetariano; las verduras no llenaban a nadie, y menos con la contextura física de Blaine, sus músculos no eran por la espinaca. Tenía miedo de que las pastas fueran muy pesadas, pero al final me decidí por ellas; aprovecharía y usaría mi salsa secreta, que no era muy cargada y esperaba que lo impresionara.
Después de terminar de preparar lo principal, me fui a duchar. Había dicho que no me ducharía, pero cocinar había cambiado mi opinión; así que me bañé con agua fría, sabiendo que si lo hacia con agua caliente mi cansancio me iba a ganar, y eso era algo que no me podía permitir si las cosas se daban como las planeaba…
Un escalofrío recorrió mi espalda.
Si, realmente esperaba que las cosas se dieran como las había planeado.
Me vestí con una camisa fina tricolor roja, violeta y blanca; y un pantalón blanco.
Después de que comiéramos, Blaine simplemente se acercó a mí; y yo retrocedí, con el corazón latiendo a mil por hora. No era histeria, no era porque no quisiera que pasara, nunca había deseado eso como en este momento. Simplemente me sentía impulsado hacia mi habitación, mientras Blaine se aferraba a mis muñecas y nuestros ojos se conectaban intensamente. Su remera negra manga corta y su Jean azul Francia daban un impacto mucho mayor.
Nuestras bocas se encontraron en cuanto cruzamos la habitación. Mi cuerpo me pedía más y más de él. Quería sentirlo. Levanté poco a poco su camisa sin separarme de él, hasta que lo tuve que hacer para sacársela. Su mano se insertó en el cuello de mi camisa llegando hasta mi hombro, haciéndome temblar sólo con su contacto.
Caímos en la cama repentinamente y él sacó mi camisa rozando mi piel, hundiendo sus dedos en mí estomago. Estos fueron mas abajo, agarraron mi boxer y mi pantalón, rozando la piel de mi entrepierna; y se desasieron de ellos, al igual que de mis zapatillas.
Hizo lo mismo con él, pero antes agarró un preservativo del bolsillo de su Jean. No pude evitar sonreír, él también había pensado que esto terminaría así.
Se puso el preservativo y entró en mí.
Empezó a besarme el cuello, haciendo que lanzara la cabeza hacia atrás; y empezó a recorrerme con sus dedos, marcando cada centímetro de mi piel. Enredé mis falanges en su pelo. Blaine no se había movido mas que unos milímetros en mi interior, simplemente me estaba enloqueciendo. Pero de repente mis dedos siguieron su ritmo y empezaron a recorrerlo, parando especialmente para apretar su espalda y su trasero. Sus manos apretaron mis costillas y no pude evitar empezar a moverme debajo de él.
Sus manos oprimieron con más fuerza mi cuerpo y sus labios recorrieron mi hombro, volviendo a mi oído para gemir. Empezó a darme embestidas cortas pero rápidas.
Ya no podía mas, si Blaine no aumentaba la velocidad, iba a enloquecer.
Apoyó sus manos en la cama, al costado de mi cuerpo, separando su pecho del mío, mirándome a los ojos con una expresión de total éxtasis. Sus ojos en vez de oscurecerse se volvían más claros, de un color avellana a un ámbar. Era extraño, no había conocido ninguna persona así, pero me gustaba.
Empezó a embestirme con fuerza, lo que me hizo gemir y clavar mis uñas en sus muñecas. Aumentó la velocidad de sus arremetidas y allí cambié mis manos de lugar, ahora encargándome de clavar mis uñas en su espalda. Nuestros gemidos no le daban lugar al silencio.
El orgasmo nos asaltó sin aviso y los gritos de los dos hicieron eco en la habitación. Los brazos de Blaine cedieron y cayó sobre mí con un impacto duro que sólo incrementó la sensación del orgasmo.
Acerqué el cigarrillo a mis labios y le di una pitada. Hacia mucho que no me sentía así después de tener sexo. Estaba tranquilo, realmente tranquilo. Sentía que todo estaba en su lugar. Había hecho muchas veces el amor, digo, involucrarme enserio, pero jamás había sido tan intenso.
Blaine se levantó en cuanto sonó su celular y lo atendió.
— Yo le aviso - cuando colgó, dijo - la filmación se retrasará mañana, entramos a las 10.
Lo miré por un largo rato, hasta que al fin mi boca habló por sí sola, con voz divertida.
—Podría acostumbrarme a ti.
Blaine se acercó y se puso a la altura de mis ojos.
—Espero que lo hagas - dijo, también mostrando diversión en su voz. Y me besó, un beso corto e intenso. Cuando nuestros labios se separaron y él se alejó; lo seguí con la mirada, riendo entre dientes.