Chicos malos
Giselittle
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Chicos malos: Iluminemos el mundo


E - Words: 1,755 - Last Updated: Jun 11, 2012
Story: Complete - Chapters: 3/3 - Created: Jun 11, 2012 - Updated: Jun 11, 2012
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Author's Notes:

Nota de la autora:

Bueno, no tengo mucho que decir en este capitulo, solo que será el ultimo y que tardé demasiado en hacerlo. Se lo dedico a LeeMinKyoyBreyito (Breyito, lo siento, pero LeeMinKyo te ha ganado en ser mi escritora favorita, especialmente después deSteady my breathing, silently screaming).Estoy enojada con una profesora y mi único método de relax era terminar este capitulo.

No tiene un "final" de lo que se dice final, mejor dicho es un final abierto o un capitulo mas de esta historia.

PD1: tengo una pequeña obsesión con el objeto modificado que aparece en esta historia, lo he puesto en otra también.

PD2: como siempre, no soy buena haciendo capítulos, normalmente pierdo el hilo de la historia, espero que haya salido bien.

Iluminemos el mundo

Kurt & Blaine

Canción: Light up the World - Glee

Pov Kurt

Hacia 6 meses que salía con Blaine y nuestra relación estaba con la misma intensidad que al principio. Nos veíamos casi todos los días, pero nadie sabia de lo nuestro, salvo Rachel. Había sido un trato que ninguno de los dos pronunció, pero que tampoco rompimos.

Hey-hey-hey tú y yo seguimos bailando en la oscuridad
me ha estado desgarrando no saber nunca lo que somos

Estábamos en un bar, como cada sábado, con nuestros amigos de la secundaria. Yo me senté en la punta de la mesa que estaba más cerca de la puerta del local, ya que estábamos afuera. Estaba tan emocionado charlando con Mercedes y Rachel, que me desconecté completamente de Blaine.

Por el rabillo del ojo, vi como una persona se agachaba a mi lado. Aún concentrado en la conversación de Mercedes, eché un rápido vistazo hacia allí.

Mi corazón y mi cuerpo quedaron paralizados. Sentí como mis ojos se desorbitaron y como mi boca se abrió sin autorización. Blaine.

-¿quieres casarte conmigo?-dijo, con ese brillo en sus ojos que había puesto cuando dijo que me amaba. Escuché como algo se abría, pero no pude separar mis ojos de los suyos; podía imaginarme perfectamente qué era lo que había abierto.

Oh, no, no lo ha dicho. Y no en ese tono de voz, en el que toda la ciudad se enteraría.

Pude escuchar a todos nuestros ex compañeros reírse a carcajadas.

Tragué y evité mirarlo por un segundo, en el que sentía como mi cara estaba hirviendo.

-se suponía que era un secreto- dije con un tono glacial. Lo miré a los ojos con la mirada mas fría que había dado.

-¿Qué? ¿Qué? ¿Es cierto?-escuché instantáneamente, de la voz incrédula de los miembros de la mesa.

Salí corriendo de la mesa, yendo directamente al baño del local.

Hey-hey-hey tú y yo seguimos intentando hacer como si nada
ahora es el momento de hacer un movimiento y eso es lo que voy a hacer

-¡Kurt! ¡Espera! – escuché la voz de Blaine, mientras me seguía.

Cuando entré al baño, pude ver lo rojo que me había puesto.

Vi por el reflejo del espejo como Blaine abría la puerta sin siquiera pedir permiso. Me agarró de la cintura y me acorraló contra la pared.

Déjalo todo
¿Tienes algo que decir?
Déjalo todo
Deshazte de tus dudas
Hazlo o muere

-Kurt, yo ya estaba listo para decirlo. Nunca imaginé que te molestaría- dijo poniendo su rostro tan cerca del mío que me hacia perder la concentración. Mi enojo bajó, pero eso no me preocupaba tanto como los otros puntos a aclarar. Puse mis manos en su pecho, de forma que lo alejé algunos centímetros.

-no me casaré contigo.- dije mirándolo a los ojos. Sentía que los ojos me picaban; no quería que se sintiera mal, pero quería dejarle las cosas claras - Ni contigo ni con nadie, Blaine.-

Blaine suspiró-supuse que dirías eso- dijo agachando la mirada-así que… ¿quieres comprometerte conmigo?- dijo y me mostró los anillos. Eran plateados, no dorados.

-soy ateo, Blaine, y tu también- dije dejando ver lo obvio.

-no te estoy planteando que entremos a una iglesia, te estoy diciendo que nos comprometamos tu y yo, sin "dios", sin nadie mas; que nos comprometamos a amarnos hasta que lo que sentimos se termine. Tú eres lo más importante en mi vida- Oh, maldición, devuelta ponía esos ojos que me hacían derretir.- y quiero que todo el mundo sepa que soy tuyo y que tu eres mío, quiero dejarlo bien claro.- no podía ni suspirar. Sus palabras habían calado hondo en mi corazón.

Después de un rato de considerarlo, dije-no puedo usarlo, para la gente significará otra cosa. No quiero que piensen que soy cristiano o… heterosexual- sonreí, contagiándolo.

-también pensé en eso- su sonrisa se agrandó. Se separó unos milímetros más de mí y sacó el anillo. Estaba unido a una cadena del mismo color. Se acercó a mí y puso la cadena alrededor de mi cuello.

Mis ojos estaban clavados en los suyos, y ambos brillaban con intensidad. -te amo- susurré, confesando por primera vez lo que sentía por él. Sonrió de forma traviesa y se acercó a besarme. Fue un beso corto y apasionado, pero me dejó sin aliento.

-te esperaré en tu casa- dijo, saliendo del baño.

Da un paso hacia delante
Abre la puerta de par en par y mándalo lejos

No fue tan difícil salir del local. Tuve que esperar a que nuestros ex compañeros se fueran hacia el exterior del local para salir por la puerta de emergencia. Me perdí un poco, debo reconocerlo, jamás había salido por aquel lugar. Pero ahora la situación había empeorado, estaba a pocas cuadras de mi casa y había empezado a nevar. Casi ni podía ver por donde caminaba y mi cuerpo se iba congelando con cada paso que daba.

Antes de que pudiera tocar la puerta, Blaine me abrió rápidamente. Sus ojos mostraban temor, pero, por la forma en que se movía, estaba aterrado. Me ayudó a sacarme la campera, que estaba llena de nieve.

-creí que me congelaría- dije por lo bajo, haciendo que se relajara al ver que podía hablar.

Me escapé al baño, dejándolo a él afuera. Abrí la ducha caliente a todo lo que daba. El calor del agua contrastaba contra el frío de mi cuerpo haciéndome temblar. Mis músculos se relajaron y me quedé abajo del agua durante tanto tiempo que perdí la cuenta. Salí y me puse mi pijama, moviéndome con lentitud. Cuando abrí la puerta, lo primero que vi fue a Blaine apoyado en la pared con cara de preocupación.

-Blaine, lo siento, creo que deberías irte, no podré hacer nada, tengo que descansar- dije yendo a mi habitación. Prendí la estufa, me acosté y me tapé con todas los abrigos que tenia la cama. Empecé a temblar por el cambio de temperatura.

Blaine entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él.

Se sacó los zapatos y no pude evitar susurrar, con los ojos abiertos de par en par,-¿Qué haces?-

-te voy a calentar- dijo entrando a la cama, tapándose, y acercándose a mi.

Intenté no ponerme colorado, pero no lo logré del todo.

Nos abrazamos durante un rato, con mi cuerpo sobre el suyo.

Sus labios se deslizaron a mi cuello, suspirando; excitándome.

-cuando hablaba de nada, también incluía sexo- dije besándolo lentamente, pero aún así la tensión sexual estaba presente.

-¿Quién dijo que quiero sexo?- dijo, con una de esas sonrisas dulces y picaras que me enloquecían. Sabia de lo que estaba hablando. Me sentía como un adolescente, estaba tan excitado como si lo fuera; besándolo intensamente, intentando no llegar a tener sexo. Era un juego infantil, pero muy excitante.

Hey-hey-hey tú y yo lo subiremos a diez mil vatios
dime por qué tenemos que parar, sólo quiero dejarte estremecer

Separé nuestros labios por unos milímetros, para volver a unirlos. Sus labios se desviaron a mi oreja izquierda. Mis labios temblaban, pero no sabía si era por el frío o por la excitación.

Deslicé lentamente mis labios por su cuello, besándolo y mordiéndolo suavemente. Nuestros cuerpos estaban enredados y sus manos nos taparon con la sábana hasta la cabeza, de forma en que quedamos completamente a oscuras. Su mano me agarró del cuello; separándome de él un poco para volver a besarme. No sé como hicimos, pero él terminó arriba mío y la luz volvió a invadirnos.

-no sé cuanto mas pueda aguantar- dijo en un susurro, mientras me besaba.

-estamos comprometidos, te tienes que acostumbrar a la falta de sexo- dije sonriente, tocando el anillo que él llevaba colgado. Sentí como su cuerpo se tensaba, se lo había creído.

No pude evitar que una risa se escapara de mis dientes. Me puse devuelta sobre él.

-me haces acordar a mi primer novio. Karofsky solo pensaba en sexo.- su cara se transformó y sus ojos me miraron, impresionados y asustados. –Nunca estuve con él- dije en su oído para tranquilizarlo, lográndolo; volviendo a besarlo.- pero Karofsky no ha sobrevivido ni a la mitad de lo que tú estas sobreviviendo- acerqué mis labios a su cuello y los apreté. Mordí su cuello y lo lamí.

-¿Qué…- dijo, histérico y tuvo que detenerse para gemir-...haces?-

-pruebo tu autocontrol- susurré en su oreja.

Vamos a iluminar el mundo esta noche
tienes que dejar de ladrar y morder

Mis manos se deslizaron por su cuerpo, tocándolo de arriba abajo por encima de su camisa. Cuando llegué al final de su camisa, sentí el impulso de apretar su bragueta, pero sabia que si hacia eso, iba a terminar violándome. Una sonrisa perversa se escapó de mis labios al imaginarlo.

Sus manos aprovecharon la oportunidad para deslizarse por mis brazos. Me tocó por encima de mi remera, pero después sus manos se colaron por ella y tocaron mi piel directamente, recorriéndola.

Sé que tenemos el amor
Vamos e ilumínalo, ilumínalo esta noche

Jamás imaginé que hubiera sobrevivido a eso, pero fue mucho más leve de lo que lo había pensado, así que quise probarlo con él.

Mis manos imitaron a las suyas, y se colaron en su camisa, apretando con fuerza cada centímetro de su cuerpo, especialmente en las costillas.

Sus labios se trasladaron a mi cuello y detuve mi respiración al instante. Su lengua lo recorrió primero, tocándolo suavemente, y sus dientes lo rasparon. Cerré los ojos y me dije internamente "control…, control… mantiene el control…". Sus labios lo comieron desesperados y luego suspiró contra mi piel. Eso me hizo despertar un poco y bajar el nivel de excitación.

Mordí su oreja lentamente. Me abrazó suavemente en la cadera, lo que me hizo gemir levemente en su oído. Pasé la lengua por su oreja, hasta que él me separó.

-¿ya estás lo suficientemente caliente?- dijo. Era cierto, ya no estaba temblando. Sus ojos estaban oscurecidos y su voz ronca por el deseo. Sabía que si yo seguía no se iba a poder controlar. Me mordí el labio. Yo no tenía la energía suficiente como para hacer el amor, y veía en sus ojos que realmente deseaba controlarse. Lo amaba tanto. Me alejé unos centímetros y una sonrisa se escapó de mis labios cuando él me abrazó devuelta, esta vez mas relajado.

Hey-hey-hey tú y yo seguimos moviéndonos rápidamente por la carretera
no sabemos hacia donde vamos, retrocedemos, entonces tomamos el control


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